Subida del IVA 2013: ¿realidad o ficción?
Después de mucho cavilar, resulta que sí, que sí suben el IVA, entre otros impuestos indirectos. Todo se hace en aras a la recuperación económica, por recomendación de las instituciones europeas y, por supuesto, con el objetivo de reducir el déficit público.
La medida, hecho inusual según las últimas fiebres reformistas, nos fija el horizonte temido en 2013. Según se nos ha explicado a los espectadores del quehacer político, resulta que no se puede elevar la imposición indirecta en entornos depresivos, pues eso provocaría la aceleración de la caída. Por ese motivo, en vez de tomar la medida hoy mismo, en plena recesión económica, se ha decidido esperar a 2013. Además, en la presentación del Programa de Estabilidad 2012-2015 y del Programa Nacional de Reformas 2012, se justificó este aumento de los impuestos al consumo en la necesidad de “dar un salto definitivo desde el punto de vista de la competitividad”.
Uno lo primero que puede pensar, es si no se pueden subir los impuestos indirectos en momentos de recesión, y si la subida la harán en 2013. ¿habrá que leer entre líneas y pensar en que por esa época ya no estaremos en depresión económica?. Pero en realidad el anuncio de la subida del IVA, tiene otros objetivos, que se puede explicar facilmente con un ejemplo:
Todos los que tengan cierta edad, habrán pasado por la decisión de “cuando” cambiar de coche. Llegado un momento, o más bien unos kilómetros, siempre nos encontramos con una disyuntiva, a partir de un momento determinado, los gastos en reparaciones y mantenimiento se disparan, por lo que empieza a ser interesante cambiar de coche. Por supuesto nos encontraremos con otra serie de parámetros como seguridad, comodidad, imagen y todos estos atributos que son difícilmente cuantificables, pero que no afectan a lo que voy a exponer. Estos atributos afectan a la decisión de cuando se cambia de coche, hasta el punto de que explican porque nadie cambia de coche en el mismo momento. Es decir, si estos parámetros no influyesen, todo se reduciría a un coste de seguir con el antiguo con una serie de costes o pasar al nuevo con otros costes.
En este sentido, cuando nos toque una operación de mantenimiento grave, o una avería grave, o simplemente el coche haya llegado a unos determinados kilómetros, nos tendremos que plantear determinados gastos, que se ahorrarían cambiando el coche. La opción de retrasar la compra del nuevo vehículo lleva consigo el coste de tener que pagar un precio mayor cuando finalmente se cambie el coche, de tal forma que la subida de precios actúa como incentivo, para que las decisiones de compra se aceleren.
Cuando estamos en un proceso deflacionario, el efecto es exactamente el contrario. Volviendo al ejemplo del coche, seguimos teniendo en cuenta el coste de las reparaciones del antiguo, pero es que el tiempo en este caso actúa en sentido contrario. Es decir, si esperamos que los precios de los coches bajen, esto afecta a la decisión a favor de seguir gastando dinero en el anterior, ya que parte o todos los gastos que tengamos en el coche a sustituir pueden ser compensados con la diferencia de precio derivada de esperar.
Por estas razones siempre hemos escuchado a todo el mundo con aquello de “la vivienda no va a caer”, “los coches no van a caer”, etc… y por esto en la presentación de la ley de economía sostenible, De esta forma, lo que está intentando el gobierno, no es otra cosa que buscar un efecto llamada para tratar de reactivar el consumo de un buen número de bienes, probablemente con especial incidencia en el del sector del automóvil, que se basan en la reposición de compras, presionando a todas aquellas personas que de alguna forma estén en condiciones de plantearse esta compra con la vieja amenaza de que si no compran ahora en el futuro será más caro.
Desde luego es una medida a corto plazo, de la misma forma que nos hemos encontrado en los repuntes de ventas de vivienda o incluso en el período de mayo y junio de 2010, donde una vez anunciado el incremento de IVA de dos puntos se produjo una ligera recuperación del consumo, precisamente por el efecto anticipación.
FUENTE: Rankia.com
Entradas relacionadas
- Montoro augura a los empresarios una posible subida de impuestos
- El Banco de España ve ‘excesiva’ la subida del 3,1% en los salarios
- Hacienda no descarta subir el IVA antes del 20N en caso de urgencia
- El 45% de las empresas llevará la subida del IVA a los precios
- El Gobierno aliviará la asfixia de los autónomos a cambio de más control