Diferencias entre un plan de pensiones y un plan de previsión asegurado (PPA)
En plena campaña de IRPF, es habitual buscar opciones para reducir nuestra carga fiscal, una opción son las aportaciones a sitemas de previsión social, que entre otros los más usados son El Plan de Pensiones y el Plan de Previsión asegurado, pero conocemos realmente en que se diferencia.
Los planes de pensiones y los planes de previsión asegurados (PPA) coinciden en la mayoría de sus características. Los dos son herramientas para ahorrar de cara a la jubilación, es decir, a largo plazo. Pero los PPA pertenecen a la categoría de seguros, concretamente dentro del ramo de seguros de vida ahorro (el contribuyente debe ser el tomador, asegurado y beneficiario).
La gran diferencia con los planes de pensiones es que los PPA aseguran una rentabilidad por ley. Cuando los contratas sabes que obtienes el interés mínimo garantizado y no vas a perder el dinero invertido. Son idóneos para quienes no deseen asumir ningún riesgo con su ahorro. De ahí el éxito que han tenido en los últimos dos años: con la crisis se da prioridad a la seguridad en vez de a la rentabilidad.
Los PPA son altamente recomendables para personas con un perfil inversor conservador y que busquen ventajas fiscales. Y también para aquellas con una edad cercana a la jubilación (mayores de 55 años). Alguien que contrate un plan de pensiones de joven, luego puede traspasar todo el ahorro generado a un PPA sin penalización económica por ello ni comisiones ni pérdida de derechos económicos.
Eso sí, es un ahorro ilíquido, es decir, que no puedes disponer del dinero invertido en el PPA (ni en el plan de pensiones) hasta que te jubiles. Solo lo recuperas en algunas excepciones permitidas por ley como quedarte inválido o dependiente, en desempleo o por una enfermedad grave, entre otras contingencias (son las mismas que los planes de pensiones).
Con esa única diferencia de garantizar una rentabilidad, por lo demás los planes de pensiones y los PPA son iguales. Ambos ofrecen las mismas ventajas fiscales: todo el dinero aportado un año puede desgravarse en la cita con Hacienda para hacer la declaración de la renta. Rebajan de forma directa la base imponible del IRPF. Si, por ejemplo, aportas 3.000 euros y tu base imponible es de 30.000 euros, esta quedaría en 27.000 euros.
Coinciden también en el máximo dinero que puedes aportar al año:
-10.000 euros al año como máximo para las personas de hasta 49 años de edad y de 12.500 euros al año cuando has cumplido lo 50 años o más.
-El 30 % de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas para los menores de 50 años, y del 50 % a partir de 50 años cumplidos.
Al recuperar el dinero cuando te jubiles, tanto los PPA como los planes de pensiones tributan en Hacienda como rendimientos del trabajo, independientemente de la forma de cobro elegida.
Fuente: blogmafre
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